Con motivo
del Día Nacional de la Nutrición se ha publicado un estudio que habla del papel
de los abuelos en la alimentación de sus nietos. La Federación Española de Sociedades
de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) que ha presentado este estudio
llega a decir que los abuelos son prácticamente los últimos promotores de la
dieta mediterránea.
Este
informe, realizado entre 404 personas mayores de 60 años, explica que los
hábitos alimentarios de los abuelos españoles siguen siendo sanos, son un
ejemplo a seguir y además lo inculcan a la familia.
Un ejemplo
es que dos de cada tres abuelos fomentan una dieta rica en verduras, frutas y
legumbres (que es lo que ellos mismos consumen) entre sus nietos. Las
estadísticas dicen que suelen ingerir las tres piezas de fruta al día
recomendables, que comen pescado tres veces a la semana y verduras cuatro
veces. Además, no suelen comer alimentos con grasas saturadas en exceso.
Lo que se ha
ido observando desde hace 40 años es que se está olvidando la clásica comida en
familia, ya que los padres necesitan ayuda para cuidar a sus hijos y los
abuelos hacen un importante papel. Los abuelos se responsabilizan de servir a
sus nietos la misma comida sana que ellos toman.
Los datos
del estudio indican que más de la mitad de los abuelos son responsables de una
de las comidas o cenas que durante la semana toman sus nietos y también más de
la mitad se preocupa en educar a sus nietos sobre las diferencias entre lo que
comían ellos en su juventud y lo que se come ahora. Así los nietos se dan
cuenta de la importancia de una dieta equilibrada.
El dos
terceras partes de los abuelos encuetados indican que, en el caso de que a sus
nietos no les guste la comida, no les preparan otra cosa, puesto que piensan
que han de comer de todo, lo cual es una buena decisión.
La
intervención de los abuelos en la alimentación de los niños puede ser muy
positiva, ya que casi el 46% de los niños entre 6 y 9 años tienen un exceso de
peso. Por eso, los dietistas-nutricionistas apuestan por volver a las comidas
más tradicionales de los abuelos, donde el niño también se puede involucrar en
la elaboración de los menús, llevarles a hacer la compra y meterles en la
cocina. Estas son tres medidas suficientes para que el niño adquiera un
referente nutricional.
Para
finalizar, diferentes estudios han demostrado que las hábitos alimentarios
adquiridos en la infancia perviven en la edad adulta y por desgracia el
concepto de comida en familia se está perdiendo.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/05/28/nutricion/1338209134.html
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