La Nutrición Ortomolecular es un tipo de medicina
alternativa que recomienda el uso de cantidades de biomoléculas
(de vitaminas
por ejemplo) por encima de las ingestas de referencia. Así, para cualquier
desequilibrio nutritivo o alguna patología se recomienda suplementos de
vitaminas, minerales u otras sustancias a dosis muy altas que superan de mucho
las ingestas recomendadas.
De todas las personas que utilizan algún tipo de
medicina alternativa, el 9% se decanta por la Nutrición Ortomolecular.
Recientemente, el Grupo de Revisión, Estudio y
Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas
(GREP-AEDN) ha hecho un comunicado en el cual desaconseja encarecidamente la
Nutrición Ortomolecular porque "se trata de una terapia que no está basada
en datos científicos contrastados y porque fomenta el uso de dosis muy altas de
vitaminas, minerales y otras sustancias".
Además,
añade que "puede calificarse como una propuesta paracientífica, engañosa,
fraudulenta" y que “carece de base científica, y no existen estudios
clínicos comparativos que demuestren su eficacia y seguridad”
Según GREP-AEDN, el consumo de vitaminas y otras
sustancias en la cantidad que normalmente se promueve por la Nutrición
Ortomolecular puede producir riesgos para la salud y que en algunos casos, si
no está clínicamente justificada por un médico, este riesgo puede superar a los
hipotéticos beneficios.
GREP-AEDN ha revisado bases de datos para hallar
estudios científicos acerca de la Nutrición Ortomolecular y no ha encontrado
ningún estudio de alta calidad que la relacione con algún tipo de estudio en
sujetos sanos o enfermos.
Los problemas de salud que se pueden originar por el
consumo de muy altas dosis de suplementos son las hipervitaminosis y exceso de
algún tipo de mineral que se comentan a continuación:
Vitamina A: Efectos teratológicos (daños en el feto)
y hepatotoxicidad.
Vitamina C: Síntomas gastrointestinales y cálculos
renales.
Vitamina D: Hipercalcemia.
Vitamina E: Hemorragias.
Vitamina B6: Neurotixicidad.
Calcio: Cálculos renales.
Cobre: Síntomas gastrointestinales y hepatotóxicos.
Magnesio: Diarrea osmótica.
Yodo: Aumento de la hormona tiroides (TSH).
Hierro: Síntomas gastrointestinales y prooxidación.
Fósforo: Interferencia en la absorción del calcio.
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